miércoles, 4 de enero de 2017

Una "estrella fugada"

Un martes cualquiera o el primer martes de un nuevo año. ¿Ustedes tienen la fortuna de sentir que sus casas son su refugio? ¿La valla? El lugar donde pase lo que pase, ¿están a salvo?.

Primer martes del año con temporal que arrasó con Montevideo y más. Hace ya tres o cuatro meses que no tenemos cable y no lo extrañamos (con Internet y un cablecito de la compu a la tele vuelve la magia cuando lo queremos sin empeñar un riñón cada mes). Pero este martes fue como diferentemente mágico acá en casa para los tres humanos que la habitan.


Llegamos a la tarde/noche y el pequeño quería jugar a la "murgue" (murga) en nuestro cuarto. Nunca supe bien cuál era el juego, pero hubo muchas risas y persecuciones sobre la cama. Marido acompañó el juego y nos musicalizó con mi amada Contrafarsa. Después hubo que preparar la cena y mientras papá cocinaba nosotros bailamos: desde Canticuénticos hasta El Gucci, todos sus preferidos con trencito incluido.


Con la cena bajamos un poco las revoluciones y puse un poco de Marley. Nada de tele, nada de "quiero ver esto o aquello", NADA. Cada transición y algún momento de enojo fueron llevados de taquito gurises. Jugamos, bailamos, comimos, cocinamos y "cocinamos", hicimos "matabos" (mandados), buscamos tesoros y dibujamos.


Si me pidieran que escribiera un cuento de hadas empezaría diciendo "había una vez una pareja que tuvo un hijo...". Es mi refugio. Son mi refugio y hoy fue felicidad completa estar en casa con ellos dos. Ya vendrán otros momentos, de los bravos pero que se sobrellevan porque al final del día uno sabe que tiene dónde refugiarse, y que esos malos momentos también pasarán. 


Sobre el título de este post... en realidad no hay mucho para decir, fue una de las tantas frases dichas por esta pequeña gran persona que es mi hijo, que no deja de sorprenderme, fascinarme y enamorarme cada día con sus palabras, gestos, acciones y reacciones.