domingo, 4 de diciembre de 2016

Madre soltera

Marido se fue a una despedida de soltero. Me dejó el viernes a la mañana en el laburo y nos despedimos diciendo "hasta mañana". Cuando desperté el sábado de madrugada ya estábamos los tres en la cama.

Ese sábado a las 3 de la tarde lo pasaban a buscar para irse a Punta Negra, como todos los años con sus amigos de siempre para RECIÉN volver el domingo al mediodía.

Cada vez que se va me parece una eternidad, algo terrible, no pasa más el tiempo aunque no sean ni 24 horas. El principal motivo: soy bastante inútil y en verdad estas horas a solas con mi hijo una vez por año me sirven para sacudirme el polvo de "madre inútil" y reactivarme un poco. 

Aproveché para jugar montones con el gordo, invitar unas amigas a casa para tomarnos una cerveza y chusmear un poco, mirar "Gilmore Girls" cuando el gordito se durmió y poca cosa más. No puse demasiadas expectativas como suelo hacer y lo disfruté a full. 

Eso sí, la DESEMPOLVADA no me hizo mágicamente volverme una súper cocinera así que perdón hijo por las dos cenas de delivery que tuvimos (almuerzo obligatorio en lo de los abuelos).

Me queda pendiente esa ida a la mierda y bien lejos con amigas un fin de semana aunque sea. Ya no te digo unas vacaciones porque seguro que para eso no estoy preparada, pero quiero aunque sea un fin de semana en Buenos Aires, una noche en Piriápolis, aaaaalgo. A mis amigas le cuesta arrancar por los hijos, por el laburo, por el novio. Pero tengo dos objetivos ya marcados para el año que viene: uno de ellos es irme con amiga/s a algún lado por al menos dos días. Marido incentiva y promueve (sus actividades, las mías) y me da mucha envidia la facilidad que tienen ellos para organizarse e irse a la miércoles.

Feliz domingo...