miércoles, 25 de febrero de 2015

ONCE

Y no me refiero al barrio porteño, no. Once son los meses que mañana cumple mi "Tomate bandido", como le canto yo. 

Y todavía no reservé salón para el festejo de su primer año.

Ni tengo las invitaciones. Ni siquiera las diseñé.

No sé qué se va a comer ni beber.

No estoy segura de llegar a hacer ni la mitad de cosas que quiero.

¿Y los souvenir(es)? What?

Me falta mucho. Me FALTA TODO.

Pero sobran ganas y quiero que todo los detalles sean pensados, tengan una razón de ser y signifiquen algo para todos los que rodeamos y abrazamos a Tomás.

Y los dejo cantando "Tomate bandido", que sigue primero en ventas y en el Top 50 Beldent por Concierto FM...





jueves, 5 de febrero de 2015

Se viene...


Falta bastante menos de dos meses para que Tomás cumpla 1 año. Y no puede ser. De ninguna manera. ¿Cuándo pasó? Pero FELIZ. Así con mayúscula bien grande. Porque si bien imaginábamos que esto podía estar bueno, nunca pensamos que iba a estarlo TANTO. También con mayúscula bien grande.

Somos dos padres babosos que durante el día extrañamos a nuestro hijo y estamos expectantes de esas fotos que nos envían su abuela y/o su tía mientras está bajo sus cuidados. Y cuando está despierto nos agota, porque es agotador tener un bebé de poco más de 10 meses. Pero nos divertimos un montón de forma barata y sencilla. Con un simple giro de 360° nuestro pequeño trinquete se mata de risa, y ese mismo juego lo podemos jugar por 10, 15 o 30 minutos (o hasta no soportar más el mareo). Que mamá o papá bailen exagerando cada movimiento, ya sea un vals, un tema de Las Pelotas o un jingle de algún aviso boludo en la radio. Y somos felices. FELICES.

No dice mamá ni papá. Ni agua, ni papa (así, sin tilde). Habla bastante sí pero sólo distingo un “ngué” y poca cosa más. Y me hace feliz. FELIZ. Le gustan los tambores y las murgas, la genética no falla en eso o estoy haciendo las cosas muy bien. Ya fue al tablado, al Teatro de Verano y queremos llevarlo un ratito a las Llamadas. Nos hace felices y nos llena de ORGULLO ver cómo juega, como gatea y se para agarrado de un sillón, la mesa o las piernas de alguien. Es que somos unos papás babosos.

Alegría, emoción, orgullo y felicidad es lo que siento cuando veo a mi gordito de casi 1 año. Y mucho amor, que por suerte abunda en mi casa y en esta familia de por ahora solo tres integrantes, en estos tiempos en que atemoriza bastante ver lo que pasa en esta sociedad cada vez más loca (esta sociedad que somos todos incluidos mi hijo y yo, obviamente). “Transformar la sociedad con amor y buscar la paz en el mundo” es uno de los principales objetivos que me propuse lograr tras la reciente sensibilidad surgida en esta nueva etapa de maternidad, pero dejaré este tema para un próximo post. O para cuando me presente a Miss Universo, ya veremos. Porque en este post iba a hablar del cumple del gordo y así como en mi día a día termino haciendo algo que ni pensaba a la mañana cuando desperté, en esta entrada terminé hablando de cualquier otra cosa menos de festejos.