martes, 4 de agosto de 2015

Registro

No he escrito tanto como quisiera. Me faltó tiempo. Y cuando lo tuve me faltaron ganas. Y cuando tuve tiempo y ganas de escribir… NO, eso no me pasó.

Pero me di cuenta que si hubiera hecho un registro más detallado del día a día del gordo (o al menos del semana a semana) hoy sería capaz de recordar cosas como a qué edad tuvo su primera sonrisa social o cuántos días exactos de vida tenía cuando asomó su primer diente. Son cosas que no son imprescindibles ni fundamentales, lo sé, pero son tema de conversación entre las madres y al no saber con certeza me genera esa sensación de “algo me estoy perdiendo”.

Por otro lado soy tan tan tan tan tan feliz con el gordo, robándole millones de besos cada día, oliendo sus rulos maravillosos y probando sus preparados imaginarios cuando se pone a “cocinar” (sí, con 16 meses el gordo ya “cocina” y nos da para que probemos), que los otros detallecitos que no recuerdo quedan tan tan tan tan tan disminuidos que hasta logro olvidar que no los sé.

Me divierto la mayor parte del tiempo y gracias a motivos que para un simple mortal podrían parecer insuficientes. Pero tener un hijo te da esa capacidad de disfrutar de todo e incluso pasar minutos mirando jugar a tu crío con una sonrisa pintada en los labios… de esas que te sacan patas de gallo.



Gracias hijo, ¡soy feliz! Espero que vos también lo seas, hoy y siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario