miércoles, 9 de julio de 2014

Cada día

Cada día se me queda un pedacito de corazón en la casa de mis padres, cuando te dejo con tu abuela para que te cuide mientras cumplo mi medio horario.

Cada día extraño alguna de esas sonrisas que regalás de 14 a 19, esas carcajadas exageradas en que se te ven hasta el paladar. 

Cada día me pregunto con quién estarás hablando, qué te estarán contando y qué estarás tratando de decir.

Cada día se agranda el corazón cuando vuelvo a verte, olerte y sentirte. 

Cada día me pregunto si me reconocerás como tu mamá cuando a finales de mes vuelva a laburar en horario completo, quedando en brazos de alguna maestra del maternal gran parte del día y en las tardes bajo el cuidado de la abuela.

Cada día me pregunto si podré, pero evidentemente puedo.

Y sé que en algún punto, lo que hacemos debe estar bien.